Por: 051274

Lo conocí una vez en la Represa del Neusa, un frío domingo en que talvez no estuvo convocado ni a la nómina de suplentes. Jugamos un “picadito” y se resistió siempre a tapar; talvez fue la única vez que no jugó de arquero. Armamos una dupla buenísima e hizo varios goles, quién creyera. Pero en realidad, hubiera tapado, así hubiera estado más quieto y no hubiera tenido que correr cada vez que hacía gol o jugada a besar a su novia, que creo era hija del médico del Santafé en ese entonces, y que como buen suegro, le hacía comentarios irónicos sobre su anti-pasividad.
jotagé gomezó